La Casa de Velázquez durante la guerra civil 1936 1939
"En la Casa de Velázquez, se había instalado una compañía de internacionales polacos. Su jefe recibió, cuando más recia era la arremetida de los rebeldes, una orden de Kleber: "Resista. K". Sus hombres iban cayendo muertos o heridos. El fuego les entraba por la derecha y por la izquierda. Los fusileros que les quedaban seguían disparando sin preguntar nada, sin apartar los ojos del adversario. El capitán diría, el capitán sabría. El capitán, tieso ante una ventana, hacía fuego con su fusil. Era, entre todos, el único que no preservaba su cuerpo. Y como si estuviera defendido por un poder sobrenatural, las balas lo respetaban. Los heridos le miraban con ojos incrédulos, conteniendo los lamentos, dejándose desangrar. Después de cinco horas, llegó el relevo. De la compañía sólo quedaban en pie seis hombres y el capitán". (Julián Zugazagoitia: "Guerra y vicisitudes de los españoles").
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Casa de Velázquez |
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